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El niño Kang y la luz
Hace muchos años, en un pequeño y lejano pueblo de China vivía un niño llamado Kang. Sus padres eran unos campesinos muy humildes, así que entre los tres trataban de salir adelante con mucho trabajo y sin poder permitirse ningún tipo de lujo. No tenían más que poca comida y una casita para dormir.
El matrimonio soñaba con que algún día su hijo Kang pudiera estudiar. Ambos querían para él una vida de comodidad y oportunidades en la ciudad; algo muy diferente a la vida de dificultades que llevaban.
Sin embargo, Kang era muy comprensivo con sus padres, era un chico bueno, aplicado, inteligente y estudioso, pero cada día se encontraba con nuevos problemas. Durante el día ayudaba a sus padres en las labores del campo, pero cuando quería ponerse a estudiar, ya era de noche. Lo que resultaba un gran inconveniente para él, porque en su cabaña de madera no había luz ni electricidad.
Estaba desesperado. Quería estudiar y sin luz no podía leer. Deseaba aprobar los exámenes de la escuela y con los años poder ir a la universidad, pero mantener una buena educación a oscuras era totalmente imposible.
Pasó el tiempo y trajo el duro invierno; Kang se asomó a la ventana una noche y pudo ver el fabuloso paisaje lleno de nieve. Estaba concentrado admirando tanta belleza, cuando se dio cuenta de que la nieve emitía una luz blanca muy tenue, preciosa pero casi imperceptible.
Kang, que era un niño muy listo, decidió aprovechar esa gran oportunidad que le regalaba la naturaleza. Se puso un viejo abrigo y sus estropeadas botas de cuero, tomó el material del colegio y salió de su habitación caminando despacito para no hacer ruido.
La nieve era muy espesa pero, a pesar de todo, se dejó caer sobre ella. Abrió uno de sus libros y, gracias a la luz blanca que reflejaba la nieve, pudo leer y aprovechar para estudiar y aprender. Sus manos estaban tan congeladas que casi no podía pasar las páginas, sin embargo no le importaba porque sentía que merecían la pena el esfuerzo, la lucha contra el frío y sus propios temblores. Permaneció allí toda esa noche y lo mismo hizo todas las noches del invierno.

El tiempo pasó rápidamente y una mañana los primeros rayos del sol de la primavera empezaron a derretir la nieve, hasta hacerla desaparecer. El pobre Kang observó con lágrimas en los ojos, cómo su única oportunidad de poder estudiar se iba disolviendo cada día.
Después de cenar se acostó, pero estaba tan triste y preocupado que no pudo dormir. Cansado de mirar al techo y dar vueltas en su cama, decidió salir a caminar por el bosque en el que había pasado tantas horas en vela con sus libros.
La visión que tuvo lo llenó de felicidad. Contempló emocionado cómo la primavera se había llevado la nieve, pero había traído muchísimas luciérnagas, que iluminaban y embellecían con sus cuerpecitos las cálidas noches del pueblo.
Se quedó inmóvil ante el hermoso espectáculo y de pronto, tuvo una nueva gran idea. Entró corriendo a su cuarto, agarró una mochila y regresó al bosque. Se sentó bajo un gran árbol y dejó que las luciérnagas se acercaran hasta su libro abierto.
Comprobó que la luz era suficiente para leer. Se sintió dichoso y lleno de esperanza otra vez.

Una noche tras otra fue al bosque y estudió bajo la luz de sus amigas las luciérnagas. Gracias a eso pudo aprender y avanzar en sus estudios. Un niño que era muy pobre, gracias a su sacrificio, esfuerzo y voluntad, consiguió superar una barrera que parecía inmensa.
Durante años estudió sobre la nieve en invierno y, con ayuda de las luciérnagas, en los meses de primavera y verano. Kang demostró su amor por sus sueños y consiguió superar los exámenes de la escuela, con excelentes calificaciones.
Cuando cumplió la mayoría de edad, entró en la universidad y gracias a su inteligencia logró convertirse en un hombre sabio y adinerado que sacó a su familia de la pobreza. La vida le recompensó tantos sacrificios.

Esta historia nos enseña que cada dificultad que se nos presente, es una oportunidad para crear soluciones y salir adelante. Con motivación y esfuerzo todo se puede lograr. Podrás vencer los obstáculos y luchar por tus sueños. La vida te recompensará igual que al bueno de Kang.
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